Todos nuestros profesores son nativos y hablan a los alumnos sólo en español. Esto es difícil de creer, y puede suponer un reto sobre todo al principio si no estás acostumbrado a escuchar y hablar español, pero años de experiencia han demostrado que realmente funciona.
En clase, los profesores son capaces de adaptar su discurso (velocidad, vocalización, estructuras gramaticales, léxico...) para que los alumnos, estén en el nivel que estén, entiendan de manera intuitiva lo que se les dice. Así, poco a poco, se van implicando en el proceso y, después de algunas clases se dan cuenta de que captan más rápidamente lo que el profesor quiere decir y empiezan a percibir el discurso en directo con más naturalidad confianza. Esta exposición constante a la lengua que están aprendiendo es clave para poder desarrollar su habilidad de expresión oral día a día. Por supuesto, el profesor siempre puede ayudar y explicar matices en inglés, pero sólo cuando sea realmente necesario.
La inmersión en español desde el primer encuentro favorece la rápida adaptación de los alumnos y acelera el proceso de aprendizaje, de modo que, con el tiempo, el uso del inglés es cada vez menos frecuente.
En un curso Superintensivo, las clases son 5 veces por semana y duran 4 horas cada una. Esto es lo que incluye una lección:
1 hora de gramática: repaso de reglas y normas, ejercicios gramaticales;
2 horas de curso principal: trabajo con el libro de texto en un programa adecuado al nivel del grupo. Esto incluye vocabulario, gramática, ejercicios de audio y repaso de temas tutoriales;
1 hora de práctica de conversación: los estudiantes interactúan entre sí y con el profesor.
Este enfoque permite a los estudiantes experimentar el idioma desde diferentes perspectivas, y las 4 horas diarias de español les mantienen alerta: son capaces de entender al profesor, a los compañeros y a la gente que les rodea. Los estudiantes se sienten más a gusto en una nueva sociedad y se integran más rápidamente en el entorno cultural.
Los alumnos pueden practicar sus habilidades orales hablando de una inmensa variedad de temas: no sólo de los que se tratan en el libro de texto, sino también de la actualidad mundial o de las próximas actividades escolares. El profesor puede elegir un tema que interese al grupo en ese momento. Esto ayuda a los estudiantes a querer participar en las conversaciones, a dar su opinión y a intentar entender diferentes puntos de vista sobre un tema que conocen. Así, van superando las barreras lingüísticas, pierden el miedo a cometer errores, y se superan día tras día para conseguir su objetivo principal: hablar con fluidez y aprender a expresarse en español sobre cualquier tema.
Además, una vez a la semana, el profesor prepara una actividad especial fuera de la escuela para practicar conversación. Los alumnos pueden ir de picnic a un parque, visitar un mercado cercano, ir a un centro cultural o pasear por barrios emblemáticos. Estas salidas ayudan a conocer la cultura local y, con ella, a comprender los matices del idioma.